El crecimiento del e-commerce en Chile no es solo resultado del encierro por la pandemia. La verdadera revolución comenzó antes y sigue hoy gracias a varios factores clave:
Mayor cobertura de internet y uso extendido de smartphones.
Aparición de billeteras digitales, tarjetas virtuales y pagos QR.
Explosión de marketplaces, que abrieron las puertas a miles de pequeños comercios.
Logística ágil: entregas el mismo día ya no son ciencia ficción.
Esto ha permitido que la venta de bienes y servicios online ya no sea privilegio de las grandes marcas: ahora es parte del día a día de millones de personas.
El Banco Central lanzó un nuevo índice llamado IVOCM (Índice de Ventas Online del Comercio Minorista), que permite medir el avance del e-commerce con precisión.
Estos son los datos más 🔥:
En 2019, solo un 6,2 % de las ventas minoristas eran online.
En 2020, con la pandemia, la cifra casi se duplicó a 13,7 %.
En 2021, llegó a su peak: 15,0 %.
En 2024, se estabilizó en 12,3 %, el doble que en 2019.
En resumen: el canal digital llegó para quedarse, y aunque su crecimiento se moderó post-pandemia, se mantuvo firme como una vía relevante para el comercio formal.
No todo el comercio minorista vive el e-commerce de la misma manera. Según el IVOCM:
Grandes tiendas, vestuario, calzado y artículos para el hogar son los reyes de las ventas online.
Supermercados tienen menor participación digital… pero con una tendencia de crecimiento sostenido.
En meses de CyberDays, las ventas digitales explotan, en especial en retail y moda.
Este comportamiento no es único de Chile. Otros países como Reino Unido, Australia y Canadá muestran picos similares en eventos digitales, pero Chile destaca por su velocidad de adopción, especialmente entre consumidores jóvenes y conectados.
Penetración anual del comercio electrónico del comercio minorista por actividad, IVOCM
En 2023, los países de la OCDE promediaron un 13,4 % de ventas online en el comercio minorista.
En el mismo año, Chile alcanzó 12,3 %, superando a Canadá y casi igualando a Australia (11,4 %).
Pero aún estamos lejos de líderes como Reino Unido (26,7 %) o Irlanda (27,7 %).
¿Qué significa esto? Que Chile está bien posicionado, pero con espacio enorme para crecer, sobre todo si se mejoran las experiencias digitales, logística y confianza del consumidor.
Porque el e-commerce cambia hábitos, no solo canales.
Porque afecta cómo se arman las campañas de marketing, cómo se diseña una tienda o cómo se proyectan las ventas.
Porque si vendes productos o servicios, online u offline, tus clientes están mirando pantallas antes de mirar vitrinas.
Y si tienes un negocio o marca personal, este es el momento para subirte a la ola digital, no cuando ya sea demasiado tarde.
“La expansión del comercio electrónico depende de los avances tecnológicos, la logística, y las características culturales y económicas de cada país”.
(Banco Central de Chile)
Traducción: si mejoramos entregas, medios de pago y experiencia de usuario… el e-commerce va a seguir creciendo. Y no solo en volumen, sino en impacto: lo digital no reemplaza lo físico, lo complementa (y lo reinventa).
Lo que empezó como un parche durante la pandemia, hoy es una cultura de consumo. Comprar online ya no es “una opción conveniente”: es lo normal. Chile, aunque aún no lidera en porcentaje global, ya dio el salto estructural.
La pregunta no es si el e-commerce va a seguir creciendo. La pregunta es:
¿estás tú creciendo con él?